lunes, 18 de marzo de 2013

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Es justo, señalar que dichas ideas no tuvieron amplia difusión en el país, el socialismo no pasaba de ser una idea vaga ante la cual se producía una simpatía difusa o sobre todo un visceral rechazo. Esto segundo es curioso pues, antes de que se aclimatara el socialismo ya había una fuerte actitud anti-socialista.
Los pudientes granadinos que iban a Europa volvían, por lo común, con noticias alarmantes sobre los desmanes populares en las revueltas sociales del viejo continente. Ese clima alarmista fue aprovechado por las fuerzas políticas tradicionales para obstaculizar el ascenso de los sectores radicales. Pero ni unos ni otros tenían un real conocimiento de las principales doctrinas y teóricos socialistas.
Las ideas socialistas en Colombia son casi tan antiguas como las liberales o las conservadoras, aunque tomaron mucho más tiempo en cristalizarse políticamente. Tenemos noticias de su temprana aparición a mediados del siglo pasado al abrigo de las Sociedades Democráticas, que no eran otra cosa que clubes políticos en donde convergían intelectuales liberales y artesanos. Era un socialismo utópico inspirado tanto por los eventos revolucionarios de la Europa de ese momento como por el pensamiento de reformadores franceses e ingleses de la talla de Fourier, Saint Simón, Cabet y Owen. Era, por tanto, un socialismo ecléctico en el que se exaltaban por igual los valores cristianos de solidaridad y justicia, y las apelaciones románticas al pueblo como fuente de la democracia. De hecho esas dos grandes tradiciones, la cristiana y la liberal, marcarán al naciente socialismo colombiano hasta entrado el siglo XX.

Veamos con claridad que es Socialismo
El socialismo es una ideología que designa aquellas teorías y acciones políticas que defienden en principio un sistema económico y político, basado en la propiedad o posesión democrática de los sistemas de producción y su control administrativo por parte de la sociedad y sus integrantes; siendo ellos mismos productores o realizadores de las actividades económicas (trabajadores y sociedad) y del control democrático de las estructuras políticas civiles por parte de los ciudadanos integrantes de esa sociedad; el socialismo se realiza a través de la democracia que es su base. Por ello normalmente el socialismo se asocia a la búsqueda del bien colectivo, rechaza el neoliberalismo, cree en el principio de la fraternidad social para el desarrollo en cooperación e incluso la igualdad social, la redistribución de las riquezas para el desarrollo social, la igualdad de las personas, rechaza la discriminación racial y de sexo, la desigualdad social en cualquiera de sus aspectos, proclama el respeto a libertad de pensamiento, el derecho a la educación y a un trabajo digno. Ataca los principios del individualismo, respeta los principios religiosos que no someta o subyugue al individuo en ningún aspecto; cada cual debe buscar la verdad universal. El Socialismo es respetuoso con los derechos individuales que no dañen la economía colectiva; por esta razón reconoce al individuo el derecho a la propiedad de los medios de producción. Los movimientos socialistas, por lo tanto, reconocen la igualdad de derechos de todos y la máxima amplitud de los mismos.



LA SOCIAL DEMOCRACIA. En el siglo XIX surgieron en Europa movimientos obreros que proponían la redistribución de la riqueza entre la población, el método para lograr esta redistribución era la revolución social. Frente a este socialismo revolucionario, la socialdemocracia nació a finales del XIX como un intento de conseguir la redistribución de las riquezas y una mayor igualdad social a través de elecciones democráticas.
La socialdemocracia se ha mantenido más o menos alejada de las concepciones revolucionarias y utopistas de otros movimientos de izquierda. Los socialdemócratas defienden a ultranza la democracia occidental como sistema político válido. En Colombia se organizó en la década de los 90 el Partido Socialdemócrata Progresista PSP.
En lo económico defienden un capitalismo reformado y mas justo de beneficio hacia al bien social. Para el social demócrata, aunque el capitalismo es el sistema económico imperante y ha aportado beneficios indudables al género humano, la tesis liberal de que el capitalismo genera por si mismo felicidad a la mayoría del género humano es falsa. La avaricia de los ricos o la desigualdad de oportunidades hacen que en el capitalismo sin regulación surjan estratos de población de desheredados que viven en la miseria. El estado debe velar por estos sujetos más débiles y regular el mercado para subsanar estas irregularidades. La socialdemocracia, junto con los conservadores, ha sido una gran defensora del estado del bienestar, según el cual el estado debe proveer a los ciudadanos de los servicios asistenciales básicos. Este movimiento ideológico tiende a extender lo más posible este concepto de “servicio asistencial básico” por lo que suele ser necesario aumentar los impuestos para mantener los servicios asistenciales.
Los autores de esta corriente ideológica defienden en lo social la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos independientemente de raza, religión u orientación sexual. Por esto el programa socialdemócrata suele acoger el reconocimiento de derechos para las minorías (minusválidos, población LGTB, personas dependientes...) o para colectivos marginados (inmigrantes, mujeres, etc.).

En resumen apoderar a quienes realizan la vida social y economía de una sociedad en lugar de darle poder sólo a aquellos que puedan comprar o concentrar el control de ella (e incluso elaborar mecanismos para evitarlo de raíz), de ahí su carácter originalmente anti-capitalista . En principio es a esto a lo que en el siglo XIX en el contexto de un proceso de protocolización masivo producido por el ascenso del capitalismo industrial, se denominó movimiento socialista y en algunos lugares movimiento de reforma del trabajo. Es un término político, que permanece fuertemente vinculado con el establecimiento de una clase trabajadora organizada, creada ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras. La radicalidad del socialismo no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.
El socialismo es, en síntesis, la teoría, doctrina o práctica social que promueve la posesión pública de los medios de producción y su administración también pública, en pro del interés de la sociedad en general y no en favor de clases o grupos particulares.

Es común encontrar que la gente tiende a establecer que comunismo y socialismo son lo mismo. Dejo una pequeña síntesis que establece las diferencias, sin mas pretensiones que eso, esclarecer y sentar una pequeña diferencia para hablar del tema mas ajustadamente.

El Socialismo tiene sus orígenes en el movimiento obrero europeo. La democratización de la sociedad y del Estado ha sido siempre su meta política más importante: el Socialismo se realizará a través de la democracia y la democracia es la base del Socialismo. A los socialistas hay que llamarlos como socialistas democráticos se les ha criticado siempre por formar parte de un movimiento político que intenta cambiar las sociedades injustas y desiguales, la legítima pobreza, el estado de subdesarrollo y la dependencia económica de los pueblos de América Latina. Contra sus detractores, el Socialismo expone en sus ideales: alcanzar una sociedad más justa, más libre y más democrática. Estos ideales no son simple retórica llena de teorías,de conceptos o teologías científicas, sino que configuran la historia del Socialismo. Millones de mujeres y hombres en todas partes del mundo han pensado y piensan en la transformación de las condiciones sociales, para convertir los ideales en realidad. Existen sin dudas ricas corrientes históricas del Socialismo en América Latina. Basados en las experiencias históricas y especialmente en las discusiones internacionales de las últimas décadas sobre la teoría y praxis del Socialismo, es necesario recordar que no se puede hablar de "el" Socialismo Democrático. Existen varios conceptos, como resultado de las experiencias políticas e históricas propias, que se traducen en la aceptación de experiencias particulares en la definición del Socialismo. En otras palabras, no puede existir un concepto unificado de Socialismo sin Democracia, porque de lo contrario estaríamos ante un dogmatismo. En este sentido, somos diferentes a los marxistas dogmáticos, que explican toda la historia a través de "leyes históricas"; y somos diferentes a los neoliberales, que creen en las "leyes del mercado" independientemente del hombre. El Socialismo promueve la reflexión y la discusión permanente, la democracia, como forma de auto-controlarse y de valorar sus conceptos y teorías aplicadas.

La diferencia entre socialismo y comunismo
En el socialismo existen diferencias entre los individuos pero esta se da en el fruto del trabajo ya que la máxima del socialismo es "A cada cual de acuerdo al trabajo realizado" esto es que quien trabaja mas, gana mas, aparte la propiedad de los medios de producción es del estado y no de los individuos.

Y en el comunismo se dice que "de cada cual según su capacidad a cada quien según su necesidad", esto es que cada quien va a trabajar de acuerdo a sus capacidades y se le otorgara lo necesario de acuerdo a las necesidades de cada familia, esto es que quien tenga mas hijos se le apoyara mas.

Pero lo principal de estos regímenes es que la propiedad es publica y no privada salvo lo que cada individuo obtenga por su trabajo.

COMUNISMO: Se puede rastrear el nacimiento del comunismo en los albores de la Revolución Industrial, ello debido al surgimiento de movimientos obreros que reclamaban en lo laboral y salarial. Máximos exponentes Marx, Friedrich Engels,Lenin y Trotsky.

SOCIALISMO: La ideología del sistema moderno del socialismo es el intento de reducir las diferencias económicas entre clases; para ello los países basados en ideologías socialistas tienen medidas para redistribuir la riqueza. Máximos Exponentes: Henri de Saint-Simon, Carlos Fourier, Étienne Cabet.

SEGÚN LA TEORIA
El socialismo es evolución el comunismo es revolución. En la practica en la vida real se demostró que el comunismo no funciona sino solamente con terror persecución y obligatoriedad es decir la dictadura del Estado. En la Unión Soviética impusieron el comunismo con cambios de trabajo/gulag/fusilamientos y confiscaciones con mucha miseria y al final se desmorono.

Socialismo humano democrático funciona bien en Suecia, Dinamarca y en otros países en cierta forma en Israel también en sus cooperativas y amplias leyes laborables. En Suecia funciona perfectamente la inversión y capital privada pagando altos impuestos pero funcionan el servicio social jubilaciones medicina pensiones etc.
En Inglaterra la medicina esta socializada y hay muchas leyes protegiendo a los obreros y a los viejos.

EJEMPLO DE DIFERENCIA ENTRE REGIMENES
Tu compras una vaca: eso es Capitalismo Compartes la leche de la vaca con tus vecinos: eso es Socialismo.
El gobierno se da cuenta que tienes una vaca y te confisca la vaca y la leche para distribuirla entre la población: eso es Comunismo.
El gobierno se da cuenta que tienes una vaca, te la quita, se toma la leche y mata la vaca: eso es Fascismo.
Un candidato a presidente del gobierno viene y te dice que no te preocupes que va a conseguir muchas vacas y cada mes te va a dar 60 litros de leche para tu consumo: eso es Populismo.
A mediados de los años diez la semilla del socialismo fructificó en un terreno abonado tanto por el surgimiento de organizaciones "obreras" como por la creciente agitación social que se presentó en el país a finales de la primera Guerra Mundial. Las organizaciones obreras comenzaron a modificarse a principios de siglo al abandonar el privilegio de la caridad que brindaban las sociedades de mutua ayuda.
Así surgió en 1904 la Unión de Industriales y Obreros (UNIO) que abogaba por políticas proteccionistas en favor de artesanos y empresarios. En 1910, por impulso de dicha organización, se formó un efímero Partido Obrero en Bogotá que contó con simpatías artesanas y liberales. Su programa era, de nuevo, el proteccionismo estatal en los moldes esbozados por Uribe Uribe. Estos intentos de formar agrupaciones políticas independientes fueron continuos en los primeros decenios, pero rápidamente decayeron. Finalmente, en 1919 esos esfuerzos cristalizaron en una organización de carácter nacional, el Partido Socialista.
Era un socialismo moderado que rechazaba las vías violentas de acceso al poder, respetaba la propiedad privada y los fueros del capital y proclamaba una transformación social por la vía de la redistribución de ingresos. Predicó la necesidad de alejar a los trabajadores de los partidos tradicionales, en especial del Conservador, y de la influencia clerical. En el plano internacional simpatizaba más con el laborismo inglés o la socialdemocracia alemana que con el bolchevismo. Sin embargo, por tratarse de una organización pluralista, permitió en su seno expresiones de adhesión a la revolución rusa e incluso de simpatía con la causa anarquista. Organizativamente funcionaba más como una federación de núcleos locales que como una asociación rígida centralista.
A pesar del espíritu moderado y conciliador que presidía al Partido Socialista, su presencia en las elecciones para cabildos municipales de finales de 1919 preocupó mucho a los partidos tradicionales. En poblaciones como Medellín, Girardot, Segovia, Ambalema y Cisneros logró sustanciales votaciones que arrancaron esos congojes del control bipartidista. En 1921 tuvo cierto éxito en los puertos del río Magdalena e incluso eligió un representante a la Cámara.
Mientras tanto el temor al socialismo por parte de las elites se acrecentaba no sólo por esos aislados avances electorales, sino por la agitación social que conmovía al país. Aunque las huelgas se conocían en Colombia desde febrero de 1910, cuando los braceros de Barranquilla salieron a las calles para protestar por el abrupto descenso de sus jornales, fue a fines de ese decenio cuando hicieron presencia pública.
En 1919 hubo 15 huelgas, cifra que subió a 31 en 1921, para luego estabilizarse en un número cercano 10 a lo largo del decenio de los veinte. Las estadísticas no son impresionantes si se comparan con otros países de América Latina en esos años, pero para la sociedad colombiana eran suficientemente alertadoras e indicaban un despertar social desconocido hasta el momento en el país. Las demandas obreras tampoco eran desproporcionadas, pero ponían el dedo en la llaga sobre el tradicional descuido de las elites empresariales y del Estado con relación al problema laboral. Los sectores más combativos eran los vinculados a los medios de transporte, en especial en el río Magdalena. Por algo esta arteria vial fue catalogada como el "cordón rojo" del país en esa época.
El socialismo reformista de 1919 languideció luego de los avances electorales de sus inicios. En parte ello se debió a la actualización programática del partido liberal en los convenciones de Ibagué (1922) y Medellín (1924). El liberalismo adoptó falsamente puntos de la plataforma socialista, sobre todo en torno a la intervención estatal, e incluso llegó a proclamar, como lo hacían los partidos marxistas de la época, "la lucha contra la explotación del hombre por el hombre". Cuando en 1922 el partido liberal lanzó la candidatura del general Benjamín Herrera, el socialismo criollo en un momento de desesperación política decidió adherirse a ella con lo que prácticamente se disolvió.
Las ideas socialistas, sin embargo, no desaparecieron. Diversos núcleos intelectuales, ubicados entre la bohemia y la preocupación social, leían panfletos anarquistas, comunistas, informaciones de prensa sobre los avances de la revolución rusa y uno que otro texto sencillo de Marx o Engels. No había aún una lectura rigurosa y académica de la literatura socialista. En una de esas tertulias, alrededor de un ruso con oscuro pasado, Silvestre Savinsky, se formó el primer grupo comunista del país en el que figuraban prestantes miembros de la elite. Otros inmigrantes formaron grupos socialistas con obreros y campesinos como el italiano Vicente Adamo en Montería o el griego Evangelista Priftis en Neiva. Pero definitivamente la difusión de las ideas socialistas en el país ocurrió por medio de activistas criollos, aunque algunos recibían correspondencia del extranjero, otros, periódicos españoles o argentinos, y otros fueron iluminados por ciertos grupos de teatro y opera que predicaban ideales de justicia e igualdad. La publicación de algunos periódicos como El Socialista, Vía Libre, El Luchador o La Humanidad también sirvió de correa de transmisión de esas ideas, que por lo general eran una mezcla ecléctica de marxismo, comunismo, anarquismo y diversos socialismos más moderados.
No faltaron quienes reflexionaran en el marco de la universidad sobre las ideas socialistas.
Tal fue el caso de Jorge Eliécer Gaitán, quien en su tesis de grado en 1924 se proclamó socialista y aceptó casi todos los postulados del marxismo. En lo que difirió fue en la alternativa política. Para Gaitán la revolución no estaba al orden del día; lo que se imponía era una transformación pacífica al abrigo del partido liberal. De hecho fue siempre consecuente con esta estrategia, salvo a principios de los años treinta, cuando temporalmente se alejó para crear la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria (UNIR). Por la proliferación de discursos sociales fue evidente que el socialismo había dejado de ser un vago concepto medio cristiano medio liberal para adquirir fisonomía propia.
En las condiciones de agitación social descritas, se realizaron tres congresos obreros entre 1924 y 1926 de los cuales surgió el Partido Socialista Revolucionario. Como su nombre lo indica, el PSR intentó diferenciarse de su predecesor insistiendo en su carácter revolucionario. Formalmente adoptó los puntos que Lenin había consagrado para toda agrupación comunista, aunque no se designó en esa forma. En realidad el PSR fue un partido distante del leninismo, pues no estaba organizado en células y su ideología oscilaba entre un marxismo burdo, un anarco-sindicalismo militante y veladas afinidades liberales. La táctica insurreccional en la que se empeñó para derrocar al conservatismo segó la vida de valiosos dirigentes y lo aisló hasta dejarlo convertido en una pequeña minoría, que en 1930 se convertiría en el Partido Comunista de Colombia.
Con el tiempo, los gobiernos liberales de los años treinta y principios de los cuarenta, lograron integrar a esas diversas agrupaciones de izquierda, incluido el partido comunista, que ante la amenaza fascista decidió aliarse con los sectores burgueses más progresistas. Al abrigo de esta alianza política se pudieron gestar organizaciones gremiales como la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) e impulsar medidas reformistas que fueron de buena aceptación por parte de los obreros. La amenaza de una insurrección de izquierda disminuyó y más bien el temor de acciones subversivas venía de los sectores de derecha.
Las ideas socialistas, sin embargo, seguían siendo marginales en el país, pues no traspasaban la minoría intelectual u obrera que las profesaba. Lo que predominaba era un liberalismo de brotes de un difuso populismo.
El anarquismo había sido abandonado por los pocos núcleos que lo proclamaron en los años veinte. El marxismo era adoptado más como ideología de unificación política que como pensamiento creativo. De hecho, hasta ese momento pocos activistas habían leído las obras de Marx o Engels y menos aún las tomaban como guía teórica para adelantar un pensamiento propio como el que pudo generar en Perú José C. Mariategui. Intelectuales como Antonio García o Luis E. Nieto Arteta, quienes curiosamente no se declaraban marxistas, fueron los primeros en acercarse a obras como El Capital. El resto se contentaba con panfletos o textos agitacionales, no de los clásicos sino de sus divulgadores. Por ello las ideas socialistas quedaron atrapadas entre un rígido dogmatismo y un fácil eclecticismo, sin que uno u otro se tomara en serio su estudio y desarrollo adaptado a nuestra realidad.
En 1945 la alianza de la izquierda con el liberalismo llegó a su fin con el creciente clima de Guerra Fría que invadió al continente. El ascenso del gobierno conservador al año siguiente acabó por enfriar esa relación a pesar de que aún había mucha agitación social.
Parte de ella fue recogida por Gaitán, quien en una posición pragmática habló menos de socialismo y más de reformas inmediatas que buscaban fortalecer al conjunto de pequeños propietarios rurales y urbanos.
El partido comunista, el único sobreviviente de los múltiples grupos de izquierda, se encontró en orfandad política y tuvo que repensar su estrategia y su ideología. En el clima de la posguerra, con una Unión Soviética agigantada, la única salida era volver a la ortodoxia leninista cuyo gran pontífice era Stalin. Eso le costó divisiones y nuevos aislamientos, que se acrecentaron cuando la orgía de violencia se ensañó en campos y ciudades. Por esas fechas, gentes de izquierda o simples liberales fueron asesinados por fuerzas armadas institucionales o paramilitares.
Esta violencia desatada por fuerzas armadas institucionales y los paramilitares del seno del partido Conservador; desatan la violencia en Colombia; La demandada era Trust norteamericano United Fruit Company, cuyos directivos sordos a las demandas de los obreros solicitaron la presencia de la fuerza pública. El Ejército y demás organismos armados del Estado colombiano, amparados en una ley marcial, asesinaron entre diciembre de este año y los primeros meses de 1929 a más de 3 mil personas.
Antes de la huelga, los obreros confiaron en la posible ecuanimidad de las fuerzas armadas, sometidas desde años anteriores, a un cacareado proceso de “profesionalismo”. Demostrado lo contrario, los trabajadores recurrieron a desesperados mecanismos de autodefensa y entre otras cosas, arrebataron armas a los guardas privados y a los policías para no dejarse matar impunemente por una soldadesca que disparaba contra pacíficas concentraciones, torturaba y asesinaba a dirigentes y activistas sindicales.
Un joven legislador liberal, Jorge Eliécer Gaitán, que visitó la región, presentó a mediados de 1929 en el Congreso, pruebas más que suficientes contra el desatino del gobierno conservador de la época. Demostró lo justo y razonable de las demandas de los trabajadores; y que se había utilizado “ilegal e irracionalmente al Ejército contra de ciudadanos colombianos para proteger los derechos, la propiedad y los intereses de una empresa comercial extranjera”. En lo adelante, este joven congresista sería quien encabezaría una profunda campaña contra los abusos de las compañías extranjeras y la defensa de las víctimas de la violencia en la Colombia rural. Ésta última estaba cimentada en el atraso cultural y el fanatismo, alimentados por los caudillos conservadores y la misma Jerarquía Eclesiástica. Los campesinos protagonizaban verdaderas “vendettas” de aldea contra aldea, con la complicidad del Ejército y funcionarios locales.
El latifundio se extendía a costa de los desplazados que preferían deshacerse de la propiedad por un precio ridículo o simplemente abandonarla para salvar sus vidas. Los representantes diplomáticos de EU, entre los que se encontraron Artur Bliss Blane, el mismo involucrado en la muerte de Sandino en 1934, justificaban los excesos del Ejército colombiano, en tanto protegían intereses y vidas norteamericanas. Esta situación empezó a cambiar por dos razones, al desarrollarse un amplio proceso organizativo en los sectores populares por parte del Partido Comunista de Colombia (PCC, fundado en 1924). Las luchas sociales contra el sistema se incentivaron en los centros urbanos, los enclaves de las compañías norteamericanas y los movimientos campesinos, que desde esos años se vieron obligados a asumir la modalidad de autodefensa armada, adquirieron un contenido político-ideológico.

Mas la peor amenaza para este sistema y la esperanza para la solución de esta oscura situación en la sociedad colombiana, estaba en manos del otrora joven congresista Jorge Eliécer Gaitán, convertido hacia 1948 en el máximo dirigente del Partido Liberal y en el virtual ganador de las siguientes elecciones de 1950. Gaitán, un abogado y politólogo de filiación liberal, cuya Tesis doctoral había sido sobre “Las ideas Socialistas en Colombia”, desde su ingreso a la política, demostró una valentía sin par al denunciar los abusos de las compañías extranjeras contra los trabajadores, y la conducta criminal de las fuerzas armadas a favor de estas mismas transnacionales y de los terratenientes. Acumulaba a su favor muchas ventajas su experiencia y prestigio como funcionario público durante los gobiernos liberales de 1934 a 1946. En las elecciones de 1946, como candidato presidencial de una fracción del liberalismo (el Partido Liberal Reformista), presentó un programa en cuyo contenido planteó la realización de profundas reformas políticas y sociales, pero sobre todo eliminar la violencia política.
Al fallecer de muerte natural Gabriel Turbay, el caudillo tradicional del liberalismo a inicios de 1948 Gaitán se convirtió en el máximo líder del Partido Liberal. El Partido Conservador que había rescatado el poder en las elecciones de 1946, representaba a la tradicional clase terrateniente. Su caudillo, Laureano Gómez, un fascista confeso partidario del Franquismo español, consideraba con sus ultramontanos seguidores que la solución del país estaba en establecer un régimen corporativista, y que había que luchar por todos los medios contra la “amenaza comunista” que representaba Gaitán, el PCC y todo lo que oliera a reformas del sistema político. Nunca el Conservatismo puede hablar de Socialismo en sus entrañas ya que solamente es el individualismo puro.
El método más común de este partido era el uso de una campaña de miedo en los medios de difusión y el uso de paramilitares, quienes ejecutaban asesinatos selectivos y masivos de sus adversarios, principalmente en las áreas rurales. Esta práctica brutal se incrementó a partir de 1946, en que gracias al fraccionamiento liberal, asumió la presidencia el conservador Mariano Ospina Pérez.
Las víctimas se contaban por millares. Sin embargo, esta fuerza política estaba en franco desgaste, en contraste con el fortalecimiento del liberalismo y el liderazgo de Gaitán, quien a diferencia de los demás caudillos oligarcas, provenía de las clases medias y desde 1928 había mantenido un constante vínculo con las clases populares, con las víctimas de la violencia, para quienes creó organismos de atención social sin distingos partidistas. Su honestidad y fácil oratoria le abrieron espacios más allá del partido, llegando a tener entre sus partidarios a jóvenes oficiales del Ejército y mandos policiales. Respondió a la violencia organizando grandes movilizaciones políticas en todo el país, y aunque estaba adscrito al liberalismo, pretendía romper con el predominio de las paralelas históricas y la ingerencia norteamericana. Su programa era más cercano a lo que él y sus seguidores llamaron “Socialismo Democrático”. Esto le granjeó el odio de la oligarquía terrateniente conservadora, la desconfianza de los mismos oligarcas y burgueses liberales, y por supuesto, el rechazo de los círculos de poder en los EU. Los que basados en la óptica “Mccartista” veían en Gaitán un agente del “comunismo internacional”. Todo esto a pesar de que el mismo caudillo guardara prudente distancia de los comunistas locales.
El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán ha constituido hasta hoy un misterio en torno a los motivos y los autores, ello no puede explicarse sino por el hecho de que los implicados en el crimen se las arreglaron para embrollar el asunto desde el principio, enredar la investigación y desviar las pruebas hacia un autor solitario en lo intelectual y en lo material: Juan Roa Sierra.
La prensa Colombiana como siempre ha sido promotora de las políticas de las derechas y de las clases dominantes del País al salir de nuevo en circulación después del 9 y 10 de abril Reaparecieron el 11. El Tiempo dice en su titular de primera página a ocho columnas y 72 puntos “Bogotá está semi-destruida”. Era una semi verdad. Bogotá estaba destruida, como estaba destruida la vida democrática de Colombia. Las llamas del nueve de abril no sólo consumieron los tranvías y las joyas arquitectónicas de la ciudad, sino que redujeron la esencia democrática del país a cenizas de violencia que se han esparcido por más de medio siglo, como lo había advertido el propio Gaitán al pronosticar, días antes de su muerte, que si era asesinado Colombia se ahogaría en torrentes de sangre por los próximos cincuenta años.
La guerrilla Colombiana es pues el efecto de esta causa principales. Estas se han entrecruzado de manera paralela con las dinámicas sociales y regionales que les aportaron el tejido social sobre la cual se desenvolvieron. El primero fue la violencia política desatada desde el mimo estado y su estamentos institucionales, patrocinado desde el exterior, aquí primo el esfuerzo y la decisión política de iniciar procesos de construcción de una fuerza militar distinta al Estado para la defensa de su vida y bienes de tal manera se debía de combatirlo, y disputarle por ende su preponderancia sobre la sociedad y eventualmente suplantarlo. La segunda causa es de origen social, primando acá, las luchas por la defensa de un territorio y de una de organización social particular que luego se convirtieron y adquirieron las características de movimiento de autodefensas que fueron el principio de una respuesta militar a la acción del estado. Se trato de claros intentos de unir la violencia política con la comunitaria, o aquella en la cual se oponía una comunidad a un enemigo calificado como opresor, buscando de esa manera transformarse en acción revolucionaria y política. La guerrilla se entretejieron de forma paralela con distintos fenómenos locales y regionales. La FARC nació de los conflictos agrarios de Sumapaz y el Tequendama a partir de los años veinte y treinta, en la lucha por la posesión de la tierra y el valor del jornal de las tierras cafeteras.
Durante las décadas de 1930 y 1940 se produce la lucha entre las élites liberales y Conservadoras, apoyadas por los procesos de modernización e industrialización promovidos por el gobierno Liberal de Olaya Herrera y que persistían en el desarrollo del modelo hacendado, (haciendo uso de la violencia como instrumento) durante el periodo se quiso fortalecer los vínculos familiares y sociales a través del odio y el resentimiento, las lealtades hereditarias, que se fundo en el compadrazgo y el gamonalismo, fue una red asociativa que unió a estamentos de una población donde la herencia de la encomienda y de la hacienda dejo huellas profundas, se iniciaron luchas reivindicatorias entre campesinos, promovidas y alentados desde los altos niveles del liderato político y eclesiástico; con el cual se muestra el grado de autoritarismo ejercido sobre la población.
La violencia desatada en 1948; fue aprovechada por los partidos tradicionales vigentes en Colombia; y de mejor manera para perpetuasen en el poder y demostrar lo que había hecho la izquierdas; de sus propias extrañas salieron los autores materiales de este vil asesinato; cometido por la derecha Colombiana.
El socialismo y todo lo que fuese comunismo, volvió a ser algo prohibido, hasta peligroso en la integridad de sus vidas y los intelectuales que quedaron vivos se fueron al extranjero o se sumieron en un auto-exilio interior.
En cualquier caso no fue una época de avance ideológico sustancial; por el contrario, se luchó escasamente por sobrevivir. Algo similar ocurrió con el estudio de las ciencias sociales, las artes y la difusión intelectual en general. Una de las pocas excepciones en esta época oscura fue la revista Mito, la cual sin identificarse políticamente logró difundir ideas críticas, además de nuevos valores estéticos. También por esos años se creó un efímero Partido Socialista que contó en sus filas a Antonio García y Luis Emiro Valencia y el terror de las derechas causó miedo y muchos militantes claudicaron lo mismo que sus dirigentes. Con la vieja idea de un programa reformista basado en la nacionalización de la banca y algunos sectores oligopólicos, adocenado de anticomunismo, apoyó a la dictadura de Rojas Pinilla hasta el final. Esto último hizo perder credibilidad a su propuesta entre las gentes de izquierda.
El Partido Comunista Colombiano inició sus actividades como un partido declarado leninista, rígidamente organizado y centralizado. La unificación ideológica del partido comunista en la que se embarcó implicó sacrificar previas tradiciones pluralistas a las que atacó con crudeza. Muchos de los socialistas alejados de los comunistas que por diversos motivos no comulgaban con las orientaciones de Moscú quedaron por puertas y conformaron inestables grupos que intentaron disputar el control de los escasos sectores inconformes de la sociedad colombiana.
Los hubo más intelectuales del Socialismo como Vanguardia Socialista de Gerardo Molina y Diego León Córdoba. Los hubo también más pragmáticos como la misma UNIR de Gaitán, o el Partido Agrario Nacional de Erasmo Valencia, quien tenía sus reales por la zona de Sumapaz. En estos casos el socialismo seguía vivo como una doctrina ecléctica, aunque con evidentes simpatías hacia la causa soviética.
Nuestro país no fue una excepción en este proceso. A estas condiciones internacionales se agregaron particularidades nuestras como el cierre político, la exclusión de la oposición y el descuido de lo social por parte del régimen bipartidista. En ese contexto se gestó la "nueva izquierda" que renegaba del modelo ruso y de la ortodoxia comunista. La vía de la revolución ya no pasaba por las elecciones sino por las armas; el actor fundamental ya no era el proletariado urbano sino el campesinado, aunque muchos de sus militantes provenían de las capas medias, descollando el estudiantado universitario. Fue en ese momento cuando el marxismo tuvo mayor difusión en el país, aunque aún se hallaba muy concentrado en el mundo académico y los Socialistas quedaron marginas por muchos años.
Las universidades, especialmente las estatales, iniciaron por esos años programas curriculares en diversas disciplinas comunistas sociales en las cuales el pensamiento crítico de Marx tuvo tal acogida que llegó a ser paradigmático. Por primera vez se leyeron los textos fundamentales de los pensadores socialistas y se presentaron debates públicos en los que aún brillaba la retórica ideológica.
En términos de ideas socialistas, desde esos años hasta la caída del muro de Berlín no ha habido innovaciones fundamentales, salvo los intentos de salidas nacionalistas, con cierto dejo populista, o los fracasados intentos de socialismo democrático que buscaba competir en la arena política con los partidos tradicionales. La salida guerrillera, cada vez más alejada del ideario socialista y más concentrada en el poder local, cuando no en rencillas irracionales, se desdibuja políticamente cada vez más.
En cualquier caso, ante los grandes retos que hoy coloca la globalización y el desarrollo sin equidad, la crisis demográfica mundial, la catástrofe ecológica y la participación de las mayorías, nuestra izquierda tiene nuevas propuestas para las nuevas generaciones. Después del derrumbe del capitalismo brutal el tipo de gobierno neoliberal quedo sin horizonte.
Las personas vuelven a mirar al socialismo real como una ideología viable para un mundo cambiante que se sustentaba, mas sobre la equidad, la fraternidad, la democracia pura y la viabilidad de un desarrollo sostenible de igualdad de oportunidades para todos. Esas preocupaciones que no difieren de las formuladas en el siglo XIX por los pensadores sociales, son las canteras de las que surgen las "nuevas" ideas socialistas, interesadas más en gestas cotidianas por una sociedad más justa que en proyectos estratégicos de toma del poder. Podemos finalizar que la palabra SOCIALISTA ha sido maltratada y manipulada por los partidos tradiciones de Colombia para mantener el poder del estado en sus manos, la acusan de ser la causante de la guerrilla, de la violencia en Colombia. La reglas de las derechas es que todo lo que suene a izquierda y socialismo hay que desprestigiarlo de cualquier manera por medios como: la prensa, por denuncias penales y todo lo malévolo que se puedan poner en su contra. Pero el Socialismo reinará para que exista la fraternidad en el mundo.